Variadas proyecciones se han esbozado en los últimos meses respecto a los efectos globales que dejará la pandemia desatada por el Covid-19. Mientras se intenta dar respuesta a urgencias sanitarias, otros conflictos por el acceso igualitario a recursos elementales se mantienen o profundizan.
La construcción de la Gran Represa del Renacimiento de Etiopía (GERD) lleva una década de pugnas y suspensos en el norte de África. Arbitrado por la mediación regional e internacional, la obra pone en cuestión el “statu quo” del dominio preferente de Egipto sobre las aguas del Nilo. También, deja ver el impacto respecto al acceso a sus aguas y a la producción de energía.
El contexto socioambiental de un proyecto colosal
Iniciada en 2011, la represa que se construye aguas arriba del Nilo está financiada totalmente por la propia Etiopía y se convertirá en la mayor central hidroeléctrica del continente. Para Etiopía, esta obra supone la modernización de su economía y la posibilidad de abastecer la demanda energética de su población e, incluso, exportar electricidad. Sin embargo, Egipto, cuyo suministro de agua dulce depende en un 90% del Nilo, la considera como una amenaza. Esto es por las probabilidades de que peligre el abastecimiento de recursos hídricos (al afectar el caudal) y la generación de energía en su propia represa en Aswan.
Sólo el 45% de los habitantes de Etiopía, según datos de la ONU, tiene acceso a energía eléctrica. En cambio, Egipto está en condiciones de abastecer a la totalidad de su población, mientras que Sudán, el tercer país involucrado en el conflicto, al 60%. La aparente particularidad de este déficit debe leerse a la luz de un dato global: se calcula que en el mundo 1.300 millones de personas viven sin electricidad.
Naciones Unidas ha establecido el período 2014 – 2024 como la “Década de la energía sostenible para todos”, haciendo alusión al Objetivo de Desarrollo Sostenible número 7 (ODS7) y en consonancia con el Acuerdo de París. El ODS7 tiene como meta principal de aquí al 2030 garantizar el acceso universal a servicios energéticos asequibles, fiables y modernos. Más de la mitad del mundo no tiene llegada a servicios de saneamiento seguros. Según UNICEF-OMS, una de cada tres personas no tiene acceso a agua potable salubre.
Entre los peligros medioambientales asociados a la construcción de la GERD, se destacan la retención de sedimentos de la represa que podría reducir la fertilidad de las tierras en la cuenca del bajo Nilo, el aumento de la erosión y que la recarga acuífera disminuya, lo que afectaría el abastecimiento de agua.
¿Quién domina El Nilo? Las raíces de un conflicto regional por su gestión transfronteriza
La Gran Represa del Renacimiento acarrea una grave disputa regional entre diversos países africanos y no constituye una novedad al respecto sino que nos exige remontarnos a la época colonial para entender sus raíces histórico-políticas.
En el año 1929 se firmó un primer tratado por el reparto de las aguas del Nilo entre Egipto y Sudán, “representado” este último por Gran Bretaña. En dicho acuerdo, Sudán se comprometía a “no llevar a cabo ninguna actuación que pudiera modificar el caudal del río Nilo, su nivel o su calendario de crecidas” como menciona Ayeb en La hidropolítica de Egipto: el fracaso de una estrategia hidropolítica. Luego de su independencia, en el año 1956, logró imponer a Egipto una revisión del reparto concertado, produciéndose la firma de un nuevo tratado en 1959.
Etiopía, por su parte, no había reconocido la validez del acuerdo de 1929, manteniendo la misma postura para el del año 1959, ya que no se veía contemplada su participación en ninguno de ellos.
Esta seguidilla de tensiones y desencuentros involucra también cierta hostilidad entre los siete países de cabecera del río (Etiopía, Uganda, Kenia, Tanzania, Ruanda, Burundi y Congo) con los de su curso medio y desembocadura (Sudán y Egipto).
En mayo de 2010 en la ciudad de Entebbe Uganda estos países, antes no incorporados a los tratados referidos al Nilo, firmaron un acuerdo sobre los usos del mismo. Esto trajo el rechazo de Egipto y Sudán, aduciendo que sus derechos sobre la cuenca se basan en los tratados de la época colonial. En aquel momento la noticia fue acompañada con el recuerdo de una cita atribuida al líder egipcio Anuar Al Sadat: el agua «es el único motivo que puede llevar a Egipto de nuevo a la guerra».
Exhortaciones e intervenciones para resolver las disputas en el tramo final de construcción
A pesar de las asesorías técnicas internacionales y de la presencia de observadores de la Unión Africana, la Unión Europea y los Estados Unidos, en los últimos años, los puentes de diálogo se han roto. Sin embargo, ciertos puntos de acuerdo son necesarios para poder gestionar futuros riesgos como sequías o problemas de abastecimiento de energía en dichos países.
En el mes de octubre, el ministro de Asuntos Exteriores de la UE, Josep Borrell, se ha manifestado en apoyo a las negociaciones impulsadas por la Unión Africana advirtiendo que “ahora es el momento de llegar a un acuerdo sobre el llenado” de la represa. Por otro lado, en una reunión del Consejo de Seguridad de la ONU celebrada en junio, Egipto solicitó su imperiosa intervención, mientras que Etiopía sostuvo que no corresponde plantear la temática en ese espacio y que la represa llevará electricidad a más de 65 millones de personas.
La posición Estadounidense
Estados Unidos ya había interrumpido su ayuda económica a Etiopía. Donald Trump realizó declaraciones escabrosas referidas a que Egipto terminará destruyendo la represa si no se llega a un acuerdo. A pesar de los informes, reuniones, declaraciones y mediaciones, la obra avanza y la tensión se acrecienta. Algunos medios denuncian el intento de Etiopía de “reconfigurar la topografía política de la cuenca del Nilo”, otros denuncian el control hegemónico que Egipto ha realizado históricamente, lo cual demuestra las interpretaciones y complejidades que puede existir detrás de lo que parecería ser una simple construcción de una represa.
La última etapa de construcción, en agosto de este año, ha generado también movilización en la población, demostraciones públicas animadas por personalidades del gobierno etíope y campañas en redes como las caracterizadas por los hashtags #ItsMyDam, #EthiopiaNileRights y #GERD. A pesar de las marchas y contramarchas que se produjeron por la controversia regional e internacional, se espera que alcance su capacidad máxima de generación de energía para 2023.
Los conflictos socioambientales requieren salidas colectivas
La cuestión del agua como recurso fundamental y la gestión de ríos y canales transfronterizos continúan siendo elementos estratégicos para los países, al igual que el control de regiones destinadas a la extracción de minerales y al turismo.
¿Cómo equilibrar o conciliar intereses y necesidades sobre bienes que son comunes y esenciales para todos? En principio, cabe destacar la falta de un acuerdo regional de cooperación con respecto a los usos y derechos del río Nilo, lo cual no permite contar con un piso o estructura básica para hacer frente al conflicto actual. También debe tenerse en cuenta que las raíces históricas de la falta de acuerdo se remontan a la época colonial, momento en el cual la pugna por la soberanía de las naciones del Tercer Mundo, sus límites geográficos y sus sistemas de gobierno significaba cuantiosos esfuerzos por desenvolverse.
Hoy en día, la necesidad de un cambio de paradigma frente a los recursos naturales está en debate, pero a la vez está siendo impulsada por una diversidad creciente de actores políticos que involucra acciones en red entre Estados, organismos multilaterales y entidades subnacionales. Desastres y catástrofes socio-naturales en todo el mundo han provocado iniciativas dedicadas al desarrollo sostenible y a la búsqueda de resiliencia de las comunidades, empoderando a los diversos actores protagonistas.
A su vez, el desarrollo sostenible tiene dificultades para hablar una lengua universal, ya que las capacidades económicas y las particularidades sociales y culturales de cada región o país deben contemplarse frente a la dificultosa tarea de dar respuestas de igual parangón. Conflictos como el que la Gran Represa de Etiopía trae a colación, demuestran que la integración regional basada en la cooperación y el entendimiento mutuo por anhelos comunes a recursos y derechos esenciales resulta fundamental.
Cecilia Civallero
Paula Garaventa