La omnipresencia del plástico amenaza al planeta

El plástico, al ser económico, versátil y confiable, ha inundado al planeta en los últimos años.

Esto tiene impactos nocivos tanto para el medio ambiente como para la salud humana. Según datos de la ONU, hoy se producen cerca de 300 millones de toneladas de basura plástica por día. Lo que es casi equivalente al peso de toda la población mundial.

El consumo masivo y rápido trae aparejadas gigantescas cantidades de desechos que nuestro planeta no puede digerir. El plástico persiste en el medio ambiente por siglos. ¿Cómo hemos llegado a esta situación? Su boom data de los años 50. Según los investigadores, su producción ha crecido más que cualquier otro material. Actualmente, en todo el mundo, se compran por minuto un millón de botellas de plástico.

El plástico está entre las fuentes más peligrosas del calentamiento global

La producción del plástico contribuye a las emisiones antropógenas globales de gases de efecto invernadero (GEI). Los gases emitidos forman un efecto de cobertura que atrapa el calor dentro de la atmósfera, causando un aumento de las temperaturas. El calentamiento global también es provocado por fenómenos naturales como las erupciones volcánicas y la rotación natural del sol, pero la amenaza significativa reside en las actividades humanas.

Las emisiones de GEI de la producción del plástico continúan aun cuando el material ya está desechado. Es más, cuando esta expuesto a la basura, es cuando emite más gases. Según expertos del CIEL, durante el año 2019, su producción e incineración agregaría a la atmósfera más de 850 millones de toneladas métricas de GEI. Si nada cambia, cada vez se está más lejos de llegar a los objetivos de emisiones de carbono.

Los efectos contaminantes de los desechos plásticos

El principal problema es que más de la mitad de la producción mundial del plástico está diseñada para ser usada por única vez. Su no durabilidad se agrava por el mal manejo de la gestión de los desechos, lo que provoca todavía mayores consecuencias contaminantes.

Según el último reporte de la ONU, solo el 9% de todos los desechos plásticos producidos han sido reciclados, alrededor del 12% ha sido incinerado, y el 79% se ha acumulado en basureros o en el medio ambiente. Una vez desechados, se descomponen en microplásticos que muchos animales ingieren y pueden terminar en la comida que consumimos los humanos. Esto afecta seriamente al ecosistema de los océanos, el pulmón del planeta.

Más del 75% de la producción mundial del plástico se desperdicia, según datos de WWF. La industria del reciclaje no es rentable debido a los altos costos de recolección y separación. Solo el 20% de los residuos plásticos se recolectan para reciclar.

La crisis del plástico desafía al mundo natural y a la sociedad global

La omnipresencia del plástico a escala global amenaza seriamente las condiciones de vida del planeta. El material, al tener características cercanas a la indestructibilidad, nos obliga a convivir con él por siglos.

Se debe instar a los gobiernos y a las empresas a que se inserten en la economía circular, donde el reciclaje y la reducción de la producción del plástico sean los principales motores. Los consumidores deben tener más opciones ecológicas alternativas al plástico.

La única esperanza para poder alcanzar los objetivos del Acuerdo de París y lo discutido en la COP25, es cambiar radicalmente nuestra forma de consumo. La forma de producción actual, para sostener la demanda del plástico, está destruyendo al mundo en el que vivimos.

Paula Garaventa