¿Es el consumo de carne en España excesivo?

España es uno de los mayores países consumidores y productores de carne, multiplicando por seis la cantidad de consumo recomendado. Este hecho genera graves consecuencias en el medioambiente como la aceleración del cambio climático y la erosión de los suelos.

“España es el segundo país de Europa con mayor consumo de carne y el cuarto productor mundial de porcino’’

Considerado como uno de los mayores productores y exportadores de carne, Cataluña y Aragón son las Comunidades Autónomas que mayores datos registran en materia de producción ganadera de acuerdo a Greenpeace. Ante esta situación, se plantea la cuestión: ¿Debe España reducir considerablemente su consumo de carne?

Según datos del Ministerio de Alimentación, sólo en 2018 en España, la cantidad de carne consumida por persona al año alcanzaba los 50 kg. Durante el año 2020, su consumo aumentó un 6,6%, coincidiendo con los meses críticos de pandemia. El monto aproximado de consumo debería rondar los 20,8 kg al año de acuerdo a Objetivo Bienestar.

La FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación) le atribuye unos datos muy diferentes. En concreto, afirma que el consumo de carne en España supera los 100 kg por persona al año. La diferencia de datos se debe a que la FAO también contabiliza la cantidad que no se llega a consumir o se desecha. Por esta razón, señala al país como el mayor consumidor de carne de Europa, llegando a multiplicar por seis la cantidad de consumo recomendado. 

¿Qué consecuencias medioambientales deja su consumo?

La actividad ganadera ocupa un 30% de la superficie terrestre, lo que ocasiona consecuencias devastadoras en la tierra y en la calidad del aire. Esto genera una aceleración del cambio climático y la erosión de los suelos a raíz de las prácticas que se aplican en la ganadería. 

Según informa Greenpeace, la ganadería emite alrededor de un 14,5% de los gases efecto invernadero, el más relevante: el metano. Este gas, proveniente de los rumiantes y de su alimentación, está considerado como uno de los más contaminantes y nocivos para el medioambiente, dejando una cantidad próxima al 37% de emisiones en el aire. 

La situación es tan alarmante que, entre los años 2015 y 2019, organizaciones como la OMS y Greenpeace advirtieron de la peligrosidad que suponen las producciones industriales de carne. Con esta advertencia no solo querían dejar constancia de los graves daños que ya atraviesa el planeta con estas prácticas, sino también de los daños que el consumo de estas carnes deja en el organismo.

Anaís Batanero