Ganadería intensiva o extensiva: ¿El fin de las macrogranjas?

Hace unas semanas, Alberto Garzón, Ministro de consumo, expuso su posición en contra de las macrogranjas y la necesidad urgente de reducir el consumo excesivo de carne en España. Las macrogranjas buscan la mayor cantidad de carne, en un tiempo reducido y al más bajo coste.

Hace unas semanas, Alberto Garzón, Ministro de consumo en España, hizo pública su postura en contra de las macrogranjas en el medio The Guardian. Enseguida el sector ganadero y la oposición manifestó su rechazo ante tales palabras, mientras que los ecologistas lo defendieron.

¿A qué llamamos macrogranja? ¿De qué se trata esta guerra entre la ganadería intensiva y la extensiva? 

Garzón manifestó la necesidad urgente de reducir el consumo excesivo de carne en España. A su vez, de ponerle un stop al modelo de ganadería industrial, precisamente las macrogranjas.

En 2020 se consumieron 49,86 kilos de carne por persona. La cifra supera las recomendaciones de la OMS, que recomienda 21 kilos anuales, de acuerdo al Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.

Actualmente no existe un término oficial para “macrogranja”. Se usa este vocablo para hacer referencia a explotaciones ganaderas o granjas intensivas a nivel industrial. Para Greenpeace, las macrogranjas son el peor modelo de la ganadería intensiva. Este método busca obtener la mayor cantidad de carne, en un tiempo reducido y al más bajo coste. Como consecuencia, los animales están acinados y se alimentan de piensos importados. 

En los últimos 10 años, el país pasó de sacrificar 41 millones de cerdos anualmente a 56 millones. Un aumento del 36% que pone a España en la cúspide de la UE, según el Ministerio de Agricultura. Este aumento pareciera ser producto de la subida de instalaciones de granjas intensivas. En cambio, la ganadería extensiva es ecológicamente más sostenible, donde los animales tienen mayor espacio y se alimentan de pasto. 

El modelo de las macrogranjas trae consecuencias medioambientales

Cuando se consume mucho, se demanda mucho. Por eso se da esta necesidad de producir grandes cantidades de carne en poco tiempo. El problema es que la enorme cantidad de animales genera una gran cantidad de gases efecto invernadero (GEI). Garzón señaló que 20 empresas ganaderas son responsables de más emisiones de GEI que Francia o Alemania en su totalidad. 

La Comisión Europea afirma que el 81% de las aportaciones de desechos a los sistemas acuáticos en el continente son producto de la ganadería. En España, el 65% de las emisiones de GEI provienen del sector agrícola y el 94% de las emisiones de amoniaco de la ganadería. 

Gran parte de la sociedad está exigiendo más transparencia en la ganadería. Quiere saber de dónde proviene el producto que consume y en qué condiciones.

Apostar por la ganadería extensiva es una oportunidad que no deberíamos desaprovechar. Exigir mayor información al sector cárnico es un derecho.

Margarita Colombo Hiriart