El suelo y la planta son un conjunto

“Las previsiones de la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura) indican que para el año 2050 la población mundial será de 9.100 millones de habitantes, frente a los 6.800 millones actuales. Esto supone un incremento del 34% para los próximos 40 años, que hará que se necesiten producciones agrícolas muy superiores a las actuales” explica Nazareth Aparicio, bióloga.

Para alcanzar este alto nivel de producciones agrícolas que requeriremos, es necesario el cambio a un modelo de producción más sustentable.
Un suelo más sano es posible, y eso queda en manos de todos. Nazareth nos explica la importancia de la fertilización natural y su funcionamiento.

“El suelo y la planta son un conjunto, y así debemos pensarlo” cuenta la bióloga. 

Cuando utilizamos un fertilizante químico, añadimos al suelo un compuesto para que la planta pueda crecer grande, pero olvidamos que estamos generando desequilibrios naturales tanto en el suelo como en la planta misma. 

Una vez que se recae en el uso de estos fertilizantes, los suelos se vuelven dependientes y a largo plazo no son beneficiosos. En cambio, utilizando abono químico estamos nutriendo el suelo. 

El estiércol es el fertilizante natural más comúnmente utilizado. El problema reside en que muchas veces puede estar contaminado por ejemplo con salmonella, o puede generar lípidos que lo contaminen. “Al final, no es un producto que esté equilibrado. Depende mucho de dónde proceda. Puede tener que ver, por ejemplo, con los medicamentos que se brindan al ganado” cuenta Aparicio. 

“Por otra parte existen el compost y vermicompost de lombriz; productos que pueden aplicarse directamente a la planta. 

Ambos son buenos, porque superan la fase del compostaje, se han eliminado los patógenos, antibióticos, y en este proceso los nutrientes acaban mejorados. 

La diferencia entre ambos es que el vermicompost, o más conocido como humus de lombriz, tiene el mismo nivel de nutrientes porque contiene mayor cantidad de microorganismos. El efecto que produce es que el suelo vuelve a tener vida. Entre otras cualidades, la planta adquiere la capacidad de defenderse de ataques externos y equilibrar el PH” según la experta, y emprendedora de la empresa Vermiduero, dedicada a la producción de abono de humus de lombriz para la agricultura ecológica.