Tailandia prohíbe el uso de protectores solares contaminantes con el fin de cuidar sus zonas protegidas de coral. El daño que dejan algunos de los componentes de estos productos ponen en peligro la supervivencia de esta especie marina; y con la llegada del turismo esto se hace notar.
La nueva medida que entró en vigor el pasado día 4 de agosto en el país asiátco, prohíbe todos aquellos productos solares que contengan los siguientes componentes: oxibenzona, octinoxato, 4-metilbencilideno alcanfor o butilparabeno. Se ha comprobado que estas sustancias producen en los corales la debilitación de las especies, la muerte de sus larvas y dificulta su reproducción.
Los corales habitan tanto en aguas superficiales como profundas. Representan el 25% de la fauna marina y precisan de aguas transparentes y libres de sustancias tóxicas para poder realizar la fotosíntesis.
En el mundo existen alrededor de 6.000 especies de corales. Pero según investigadores de la ONU, en 2050, se habrán extinguido hasta un 90% de ellas, como consecuencia de la contaminación de sus hábitats.
Este problema es de escala mundial. La Barrera del Arrecife de Belice, una reserva que cuenta con siete áreas protegidas y donde habitan más de 1.400 especies, también se ve afectada por la contaminación provocada por los protectores solares. Declarada Patrimonio Mundial, fue considerada como zona de peligro en 2017 por la UNESCO, por considerarse zona de exploraciones petrolíferas.
Ante tan alarmante situación, el Gobierno Tailandés, el cual, ya trabaja para la protección y mantenimiento de los corales desde 2011, quiere endurecer las medidas con esta nueva norma y cuidar sus zonas costeras. Aunque aún se desconoce cómo se empleará la norma en las costas del país, el gobierno, ya ha anunciado que el incumplimiento de la norma conllevará a sanciones que oscilarán entre los 2.000 y 3.000 dólares.
La prohibición de ciertos protectores solares contaminantes se instaura en el mundo
Países como Hawái ya cumplen con esta normativa desde Enero. El estado norteamericano fue el primero del mundo en implantar medidas para proteger sus arrecifes.
Este país recibe una cantidad próxima a los 10 millones de turistas al año. Y registra una cantidad próxima a las 6.000 toneladas al año de protector solar en sus costas, según informa el portal Surfer Rule. Lo que comporta daños irreparables en los corales como su decoloración y el blanqueamiento de la especie.
Sin duda, el turismo es una de las mayores amenazas para los ecosistemas: desechos depositados en el mar, una presión humana alarmante en ecosistemas protegidos y un mal uso de los ecosistemas en zonas turísticas están poniendo en peligro valiosas especies del planeta.
Anais Batanero