Foto: Parque Nacional Kahuzi-Biega, al noreste de la República Democrática del Congo. Crédito: Alexis Huguet Getty Images
Hacía tan solo una semana podíamos observar las vistas satelitales de cómo comenzó a reducirse la contaminación del aire en China. Estas imágenes conmovieron a quienes permanecían todavía indiferentes a la crisis climática y ecológica.
Diversos estudios han surgido a causa de la crisis sanitaria del Covid 19 que relacionan directamente el esparcimiento del virus con la contaminación ambiental.
“El coronavirus mata más en las áreas con mayor polución” titula La Vanguardia su última nota al respecto. Un estudio de la Universidad de Harvard ha demostrado que las zonas geográficas o territoriales con una atmósfera más contaminada son las que están registrando una mayor mortalidad. “Si no se hubieran dado estos niveles de polución históricos, la mortalidad se hubiera reducido en un 10%”, explica el estudio.
La relación entre la contaminación y la mortalidad que produce en la enfermedad es clara. Uno de los mayores síntomas y consecuencias de la enfermedad producida por el virus es la dificultad para respirar.
Es por este motivo que los médicos confirman que aquellas personas con enfermedades pulmonares o respiratorias previas exacerbadas por la contaminación, como el asma son más vulnerables a este virus en particular. Además, “Cuando se tienen en cuenta otras vulnerabilidades comunes en las comunidades con mala calidad del aire, como el desempleo y la falta de acceso al transporte, la superposición entre la proximidad a grandes contaminadores y el mayor riesgo de sufrir graves resultados de coronavirus se vuelve evidente” explica el periodista John Vidal en Scientific American.
A esta conversación se sumó John Showalter, CPO de Jvion, una firma de cuidado de la salud que está contribuyendo con Microsoft para identificar las poblaciones más vulnerables en Estados Unidos. «Definitivamente existe una justificación biológica de que los peligros para la salud ambiental que conducen a afecciones pulmonares y cardiovasculares llevarían a las personas con esas afecciones a tener un mal desempeño durante un brote de COVID-19».
La destrucción de los ecosistemas es el escenario perfecto para las pandemias
En paralelo a las investigaciones de la vacuna y estrategias para combatir el virus, se están investigando cuales son los factores que nos trajeron hasta este punto. Los expertos explican que continuar con un medio ambiente desprotegido, puede resultar en un mayor número de pandemias.
“Invadimos bosques tropicales y otros paisajes salvajes, que albergan tantas especies de animales y plantas, y dentro de esas criaturas, tantos virus desconocidos”, escribió David Quammen, autor de Spillover: Animal Infections and the Next Pandemic, en The New York Times. “Cortamos los árboles; matamos a los animales o los enjaulamos y los enviamos a los mercados. Interrumpimos los ecosistemas y liberamos los virus de sus anfitriones naturales. Cuando eso sucede, necesitan un nuevo host. A menudo, lo somos”.
Kate Jones, presidenta de ecología y biodiversidad en UCL se dedica a estudiar cómo las especies en hábitats degradados portan más el virus que pueden infectar a los humanos. “Cada vez más estas enfermedades zoonóticas están relacionadas con el cambio ambiental y el comportamiento humano”
“Los sistemas más simples tienen un efecto de amplificación. Destruye los paisajes, y las especies que te quedan son las que los humanos contraen las enfermedades” declara la experta.
Mora Alvarez