Las playas del Maresme, el litoral catalán, pierden terreno debido a los fenómenos
torrenciales de los últimos tiempos. Este hecho ha imposibilitado que las playas
se recuperen de manera natural de lluvias torrenciales. Ya acumulan
una regresión de entre seis y diez metros de amplitud anuales, según un reciente
estudio del Área Metropolitana de Barcelona (AMB).
Las playas más afectadas por esta regresión del terreno son las de los municipios
de Badalona y Montgat. Para frenar la problemática los ayuntamientos de cada localidad han propuesto la construcción de espigones de larga distancia y así, podrán frenar esta pérdida de terreno año tras año.
La solución a la pérdida de terreno del litoral catalán pasa por añadir espigones e introducir arena
Según informa el medio local TOT BADALONA, para una recuperación completa de
estas playas sería necesario implantar cinco espigones de 250 metros sumergidos
en el mar e introducir 600.000 m3 de arena en Montgat y, en Badalona, introducir 102.000 m3 de arena y construir un espigón de apoyo.
Aunque la problemática de la regresión en las costas ha cobrado fuerza en estos
últimos cuatro años, el gobierno central ya trabajaba sobre el problema desde 2015 con el plan Estrategia de actuación del Maresme. Este plan cuenta con la construcción de una treintena de espigones desde Montgat a Malgrat de Mar y el desplazamiento de 5 millones de metros cúbicos de arena para retroalimentar terrenos afectados.
Se deben reubicar las zonas industriales que están actualmente en zonas de costa, a lo que muchos municipios se han opuesto. Según informa Ramón Torra, gerente de AMB en declaraciones al diario La Vanguardia, esta problemática viene dándose por el cambio climático, pero también por la sobreexplotación de terrenos para la construcción de edificaciones a pie de costa.
Urbanización costera: un problema en auge
Según informa la investigadora Carla García, las playas son sistemas dinámicos y
con una gran capacidad de recuperación, pero debido a la construcción de nuevas
infraestructuras urbanísticas, esto no se puede dar. Estas zonas están sometidas a rígidos sistemas de ingeniería, que alteran el ciclo natural de las costas y provocan la pérdida de biodiversidad en las playas.
Se estima que algunas playas del litoral catalán han perdido ya hasta un 50% de su
terreno inicial. En muchas de ellas también se ha registrado un considerable crecimiento
del nivel del mar.
Se aboga por hacer un uso responsable de los espacios costeros. La falta de legislación política sobre el uso de terrenos costeros, pone de manifiesto los reservorios de dunas, un elemento básico para el correcto funcionamiento de las playas.
Anaïs Batanero