70% de los consumidores están dispuestos a pagar más por un producto sostenible

La nueva normalidad trae consigo la redefinición del lujo.

Hace unas semanas el diario El País compartía un informe de la consultora Llorente y Cuenca en el que se mencionaba que la pandemia había dejado “un consumidor más emocional y más preocupado por los valores que transmiten las marcas”. Esto se debe a que en el último tiempo tanto los consumidores como las grandes marcas de moda han tenido que adaptarse a la nueva realidad.

Hoy podemos decir que hay un nuevo concepto sobre el lujo. Este ha pasado a estar enfocado no solo en el producto, sino también el contexto. ¿Cómo fue producido?, ¿Por quién?, ¿Cuáles fueron las condiciones laborales? Se trata de un concepto más amplio, orientado a la experiencia y al diseño circular, haciendo hincapié en un proceso de fabricación eficientemente energético y sin residuos. 

Si bien es posible decir que la visión del lujo sustentable ha ido creciendo desde un tiempo hasta ahora, en los últimos 12 meses se ha visto un incremento de manera exponencial.

Una de las principales causas ha sido el cambio de mentalidad de quien accede a estos productos, hoy casi el 70% de los consumidores estaría dispuesto a pagar más por un producto sostenible según el estudio de la consultora. Pequeñas marcas de moda sostenible online han dado impulso a esta tendencia, y ahora las grandes apuestan por ello también.

El cambio cultural comienza por las empresas

Son varias las que ya tienen en su agenda comenzar la transición del modelo antiguo de producción a uno que cuide el medioambiente. Eso se ha visto reflejado cuando en 2019, durante la cumbre de G7 en Biarritz, Francia con el “Fashion Pact”. Se trata de un acuerdo que es jurídicamente no vinculante pero que enfatiza en la necesidad de disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero y busca hacer más sostenible a la industria. Algunas de las empresas que firmaron este pacto fueron Hermés, Chanel, Selfridge Group y el conglomerado Kering, entre otros. Uno de los grandes ausentes y que representa uno de los porcentajes más grandes de la industria fue el grupo LVMH, quien tiene previsto ingresar para 2025. 

El cambio ha comenzado y está afectando a distintos niveles, tanto a nivel pequeñas y grandes empresas, consumidores e incluso gobiernos, que fomentan las iniciativas como la del «Fashion Pact» durante reuniones de alta política como el G7.

El nuevo contexto ha redefinido los valores que tienen los compradores la hora de adquirir nuevos productos y servicios en el sector del lujo, ahora el foco se ha puesto más en la transparencia en el proceso de producción y en las diferentes fases de la cadena productiva más que en el producto terminado. 

Es un cambio que llevará tiempo si, pero podrá conducirnos también hacia un mundo más sostenible. 

Melisa Toranzo